Digitalización y Gamificación: la nueva formación




Es innegable que estamos inmersos en un proceso de digitalización en todos los aspectos socioeconómicos. Desde la irrupción de la Covid-19, los procesos de digitalización y transformación digital se han acelerado para aquellas empresas que los tenían ya en marcha y, las que no, han tenido que llevarlos a cabo para adaptarse a las circunstancias del momento.

Esta tendencia está transformando muchas actividades de nuestro día a día y, también, la manera en la que nos formamos. La oferta de formación online y mediante aula virtual ha experimentado un gran impulso y se ha consolidado como una opción capaz de responder a las necesidades formativas de los alumnos con las ventajas de evitar desplazamientos, ofrecer flexibilidad y mejorar la conciliación, de forma que resulte más fácil compaginar la formación con la vida laboral y personal, así como mantener la seguridad en momentos de riesgos sanitarios.

Según ReportLinker, el valor del mercado del elearning alcanzó los 211.000 millones de euros en 2020 y se prevé que llegue hasta los 380.000 en el año 2026. Este crecimiento tan destacado ha provocado que otras técnicas de aprendizaje como la gamificación o el microlearning, micropíldoras de contenidos didácticos enfocados a adquirir competencias concretas, se hayan potenciado en los últimos meses.

La formación profesional para el empleo ha tenido en cuenta desde un primer momento los beneficios de la digitalización de la formación. Por eso, una gran parte de los cursos que se imparten se realizan a través de metodología elearning o utilizando una metodología síncrona basada en el aula virtual, introducida gracias a la decidida y ágil actuación del SEPE y Fundae en el segundo trimestre de 2020, lo que permitió continuar la ejecución de los programas formativos ante un escenario adverso. De esta forma, como ha demostrado la experiencia, se amplifica el alcance de la formación, con lo que más trabajadores pueden acceder a los cursos independientemente de su localización.

Formación y gamificación

En el caso de la gamificación, cada vez se está aplicando en más proyectos formativos, tanto en el ámbito educativo como en el profesional. Utilizar los modelos de juego para adquirir nuevos conocimientos o habilidades genera una experiencia positiva en el usuario, aumenta su motivación y se obtiene una respuesta con mayor proactividad. Además, la gamificación facilita la retención de conceptos y la obtención de nuevas competencias con resultados más efectivos, ya que el proceso de aprendizaje resulta más estimulante.

Esta técnica también se está poniendo en práctica en muchas empresas a través de los equipos de recursos humanos para mejorar los procesos de selección de personal, aplicando diseños y mecánicas de juego durante el proceso de reclutamiento. Para las nuevas incorporaciones, esta herramienta ayuda a que se familiaricen con la cultura y forma de trabajar de la compañía de forma rápida y sencilla, transmitiendo la filosofía corporativa de una manera amena y propiciando la interacción con el resto de los integrantes de la plantilla.

La gamificación también ayuda a que la formación interna sea más atractiva y entretenida. El sentimiento de pertenencia dentro de la plantilla se potencia gracias a las dinámicas de juego (reconocimiento, autonomía o refuerzo de la cohesión del grupo), y se identifican más fácilmente áreas de mejora en los departamentos, además de permitir detectar talento y habilidades en la plantilla. Asimismo, estas dinámicas mejoran el compromiso y la motivación de los equipos en general.

Nos encontramos, sin duda, en un periodo de cambio y transformación en el que la innovación se está abriendo paso en muchos ámbitos, incluido el de la educación. Muchas técnicas y tecnologías están avanzando en su desarrollo a gran velocidad y es importante asegurarse de que todas las personas pueden tener acceso a ellas, especialmente en la formación profesional para el empleo, un sistema clave para mejorar la empleabilidad y la competitividad de trabajadores y empresas.

Contar con una oferta de formación online fuerte y consolidada permite romper ciertas barreras y ofrecer igualdad de oportunidades a muchos colectivos que, de otra forma, no podrían tener la oportunidad de mejorar sus competencias o adquirir nuevas habilidades en su sector con fondos provenientes de la cuota de formación. De este modo se consigue organizar grupos formativos con alumnos ubicados en diferentes localizaciones, permitiendo impulsar la participación de personas trabajadoras del ámbito rural en grupos que, tradicionalmente, se organizaban en grandes ciudades. A través de la digitalización de la formación cualquiera puede formarse con tan solo tener acceso a internet. Además, al evitar desplazamientos, se reducen emisiones, en una clara apuesta por la sostenibilidad medioambiental.

Al mismo tiempo, es necesario integrar el empleo de las TIC entre los docentes y formadores, para que cuenten con habilidades y competencias digitales que les permitan aplicar las nuevas tecnologías en los diversos procesos formativos y, por otro lado, crear nuevos métodos de enseñanza que nazcan desde la digitalización transformando así las experiencias formativas del futuro.

Experiencias de gamificación

Nuestra entidad aplica estas técnicas en grandes empresas, como en el caso de una multinacional que quería sensibilizar a su plantilla sobre el compromiso que tiene la compañía con la diversidad cultural, funcional, de género y generacional. Para ello, diseñamos una e-aventura con un modelo de space room, formada por cuatro mundos a los que se accede consecutivamente tras la superación de retos. El objetivo de cada mundo es concienciar sobre el valor que tiene la diversidad dentro de la organización. Esto se tradujo en una exitosa implementación de las políticas de inclusión y en el aumento de los contratos laborales de colectivos diversos.

Otro de los proyectos de gamificación que llevamos a cabo en los últimos meses fue para una gran corporación del sector de distribución comercial, que buscaba ofrecer de forma amena y efectiva formación en políticas de prevención de riesgos laborales (PRL). En este caso, nuestro equipo diseñó un canal de miniseries gamificadas, de cuatro capítulos cada una, inspiradas en la plataforma Netflix. Después de visionar las series, los usuarios accedían a un microgame que evaluaba las competencias que acababan de adquirir y, de esta manera, acreditaban su formación en PRL.

Patricia García
Presidenta institucional de Femxa

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